Buenas tardes a tod@s.
Me parece muy arriesgado, y creo que he leído bien, la afirmación anterior.
Siendo Ingeniero Industrial y habiendo dedicado el 95% de mi carrera profesional al sector energético, creo que está fuera de toda duda que los profesionales mejor cualificados para la evaluación de la envolvente térmica del edificio, recién salidos de carrera, son arquitectos y arquitectos técnicos o ingenieros de edificación como quieren llamarse ahora, tanto si son de hace 10 años como hace un mes. El ladrillo hueco cerámico, la lana de vidrio o roca, las cámaras de aire, el cemento y el yeso (por decir algo), existen desde hace mucho tiempo para los arquitectos que proyectan edificios o los ingenieros que proyectamos edificación industrial. Probablemente un teleco (por decir algo) no sepa qué es un muro trombe. Nos ganan a cualquiera de nosotros en materia de elementos constructivos y sistemas de construcción. Al resto de profesiones vinculadas siempre nos ha supuesto mayor esfuerzo la formación en elementos constructivos posterior a nuestra formación como técnicos. Otra cuestión son las instalaciones interiores, dónde sus conocimientos son mucho más limitados.
Tal y como parece que evoluciona la liberalización de las profesiones, colegios profesionales, etc., los trabajos se los llevarán en primera instancia los que lo hayan conseguido y en segunda, los que sepan de la materia. Justo o no, ese es el hecho.
Fuimos una de las primeras empresas en realizar certificaciones energéticas tanto en edificación de nueva construcción como existente en la zona, y siempre han resultado casos para cubrir expediente. En los últimos años de boom inmobiliario porque todo valía y actualmente porque todo vale y hay muchos profesionales implicados. Pasados unos 6 años, únicamente hacemos certificaciones a amigos, familiares y las que nos llegan. No considero que sea un sector de futuro con las condiciones actuales:
- muchos implicados.
- sector bancario/inmobiliario involucrado.
- modelos de negocio muy conocidos e implantados (tasadoras, organismos de control, etc.)
- poco control sobre los certificados presentados en el caso de viviendas existentes y nuevas con calificación inferior a B.
- tasas por registro.